Por Artemio Pérez
Las empresas deben evitar, en la medida de lo posible, el contacto físico con las comunidades de sus zonas de impacto, con apoyo de la tecnología.
Las relaciones entre las empresas del Perú y el mundo con las comunidades presentes en sus zonas de impacto cambiarán de manera radical, tras la llegada del coronavirus. Además de impulsar el uso de herramientas digitales para mantener la comunicación a distancia entre ambas partes, es clave establecer medidas de higiene para evitar la propagación del virus en las reuniones presenciales que sean inevitables.
Interacción digital
La mayoría de empresas del sector extractivo suelen organizar reuniones con las comunidades, con presencia masiva de personas. Esta práctica se basa en las políticas de transparencia en la relación entre las partes o para superar niveles de desconfianza entre comuneros y sus autoridades, cuando dialogan con las empresas.
Un desafío será establecer una relación interactiva en red, a fin de evitar la aglomeración en un solo lugar, pero manteniendo la conexión de gran parte de las personas involucradas en estos procesos. En muchos casos, tendrá que apoyarse proyectos que viabilicen este aspecto. Algunas laptops y la conexión a internet serán básicas.
Relaciones comunitarias
Una característica social de la zona cero de las operaciones en las actividades extractivas es que persiste la necesidad de negociar con las comunidades el acceso a algún recurso que una de partes requiere. En estas circunstancias, las negociaciones deberían realizarse, en lo posible, de manera virtual. Felizmente, en los últimos años las pautas metodológicas para estos procesos se han ampliado.
Ante las medidas de aislamiento social implementadas por el Gobierno, algunas comunidades campesinas han bloqueado sus vías de acceso para evitar el ingreso de extraños. El miedo se apodera de sus mentes y también la desconfianza, ante la presencia de terceros. Sería terrible que el trabajador de algún proyecto de desarrollo se convierta en propagador del virus en la comunidad, de manera involuntaria.
Estos proyectos tendrán que replantear sus estrategias para lograr una interacción mínima de manera presencial y desarrollar estrategias que usen la radio, la televisión, el teléfono y el internet para asistencia técnica y la capacitación. También deberán trabajar para que los productores líderes asuman el papel de extensionistas en su sector, sin grandes desplazamientos.
Medidas urgentes
Es importante realizar todos los esfuerzos para evitar que el personal relacionado de manera directa o indirecta con la gestión social de las empresas se contagie y propague el virus. Por el contrario, sus prácticas deberían ser ejemplos a imitar por las comunidades.
Una medida importante que se debe tomar es desarrollar un protocolo sobre indumentaria de bioseguridad que disminuya los riesgos de propagación. Aunque suene exagerado, también debe desarrollarse control médico a diario para detectar de forma temprana cualquier síntoma relacionado con el coronavirus.
Las oficinas de gestión social de atención al público tienen que ser reformadas e implementadas de otra manera, con el fin de garantizar las distancias en las interacciones y evitar el hacinamiento en las reuniones que sean indispensables. Una medida simple, pero de mucho impacto, podría ser que todas cuenten con lavamanos al ingreso y todo el kit de aseo que recomiendan los especialistas. Cada detalle cuenta mucho.